Nuestro objetivo es acompañarlos en el descenso de peso, mediante la reeducación en relación con la alimentación, procurando cambios de hábitos, brindando información, herramientas y técnicas para arribar a un peso saludable y mantenerlo en el tiempo.

Un CAMINO, un APRENDIZAJE, una ELECCIÓN en la VIDA






Compartimos el testimonio de Eduardo, su experiencia y sentir en su proceso de cambio de hábitos hacia una mejor calidad de vida.  Su testimonio nos da la pauta de que se puede, trabajando juntos y participando en grupos es más fácil.

Gracias  Eduardo, por darnos la oportunidad de acompañarte en este maravilloso proceso de cambio, de vivir la vida más liviano, más saludable, más feliz. 



Epoca de Angustias

Allá por mayo del 2008 los resultados de mis análisis clínicos fueron preocupantes. El médico me tomo el abdomen que en ese entonces estaba modelado por mis 101.8 kgs, y me dijo tu riesgo de vida es proporcional a este tamaño, a partir de ahora debes tomar estos 3 medicamentos de por vida.

A esto se sumo una sensación que me invadió unos días después, me sentí literalmente lleno de comida. Con toda esa carga llegué a Ciudad de la Paz y Nuñez (Dieta & Salud) siguiendo la sugerencia de mi esposa Fernanda y entré con todos mis prejuicios. Esto es cosa de “mina” , régimen de comida, bah! Gilada.

Me senté y espeté ¡yo no quiero sufrir!, comer es algo placentero y quiero que siga así , ¡yo quiero estar sano y no lleno de remedios!

Esto es complejo, yo ya hice análisis y sé que nada es fácil cuando se trata de cambiar.

Me tranquilizaron, me contaron que la propuesta era diferente, más integral. Algo me hizo confiar. Yo soy creyente de que cuando uno tiene una dificultad particular con algo, es como un niño y tiene que aprender sin orgullo de adulto. Me entregué al plan.


Epoca del Taliban y Rock Star

Vino una época de revelaciones, yo que comía prácticamente una vez por día, que era el pivote de todos los desarreglos familiares y amigos, de golpe me invadió un entusiasmo increible: ¡¡¡aprendia, aplicaba y bajaba de peso!!!

Acuñé el lema “La frecuencia no se negocia, si no puedo garantizar calidad... garantizo cantidad”, otros me explicaban el Sólo por hoy.

Estaba Pum para arriba, llegué a un peso minimo de 77.200 kgs. (14 de febrero del 2009). ¡Y pasé a mantenimiento, cada 15 dias en lugar de todos los sábados!


Epoca de la confusión

Sabía que lo de 77 kilos era insostenible y que estaba bien que así fuera pero nunca definí qué peso quería tener.

Perdí referencia, cuando abandoné la lógica del descenso semanal.
Dale, después te aplicás, manejala... Dejé de ir (15 de mayo al 5 de noviembre)... daba vergüenza haber subido... ya no era un niño pero me había transformado en un adolescente... en la edad del pavo
Aumenté 13 kilos.


Epoca del regreso

Volví, y empezar de nuevo desde otro lugar, con lo que había aprendido. Lo primero que hice fue definir una banda de peso quería y podía sostener y la alcancé, ahora la modifiqué un kilo para abajo porque ahí me siento mejor. Detalles... y sigo trabajando para cambiar hábitos, transformando lo que aprendí en acción planificada y cuando no lo logró siempre me rescata la próxima colación primero, luego la experiencia, y si todo falla el grupo.


Testimonio emocional

Estaba reconfortado y feliz. Por fin me había dado cuenta qué era.  Había pasado bastante tiempo preguntándome sin poder responderme.

De lejos brillaba como faro, a veces más, otras menos, dependía de la luminosidad de nuestras sonrisas que cada tanto se contraponían con los empañamientos de algunas lágrimas y confusiones.

Me acercaba y me veía reflejado en infinitos espejos que no se repetían en imagen ni contenido, pero cuando lograba verlos a todos juntos me comprendía mejor.

Era trabajo, era información, era descubrimiento pero no terminaba de darme cuenta lo que era.

Lo percibía, lo presentía, lo necesitaba, lo rechazaba, me lo olvidaba pero siempre el gordo que comparte mi vida tenía algo que decir al respecto.

Ahí, creo que casi me doy cuenta de qué se trataba, pero el gordo empioja, es la confusión, es aflojá un poco que no pasa nada, es el recuerdo que no sirve cuando se trae solo.

Pero se representaba como la letra del tango "como me voy a ir si siempre estoy volviendo", pero una vez me abandoné, no volví por un tiempo.

Había creído entender de qué se trataba... bla bla bla... en fin, patético.

Pasó un tiempo, y comenzó la urgencia y el temor "de ya no ser".
Y volví, no era la casita de mis viejos pero era la casita que una vez me vió tratando de nacer otra vez con... creo que le dicen Sinapsis o algo asi.

Al volver, enriquecí mi percepción... dejé de estar tan mecanizado.

Empecé a tener una mirada diferente. Algo así como crecer. De golpe, los espejos me reflejaban historias parecidas, no iguales, me reconocía pero no era yo, sentía la imperiosa necesidad de acompañar.

Empecé a mezclarme con todas las otras devoluciones que hacían los demas espejos, y empecé a sentir de golpe que tenía la necesisdad de desempañarme para que los otros me vieran mejor a su vez,  ¡no estaba solo!

Para colmo, el fenómeno se volvía más convergente, más concreto, a veces inclusive desesperado... otras, absolutamente alegre, pero de a uno... por eso que tiene la internet que estamos solos pero con todos. 

Esa versión remota me facinó, me facina, me pone en una dimensión vital. Era un mundo de sensaciones, de reconocimientos mutuos, de acompañamientos, de complicidades, de repentinas caídas en cuenta.

Dejo de ser recibiendo para pasar a ser dando. Y todo pasó... todo se transformó en una repartija de toma y daca entre todos los espejos, a veces medio despelotada, a veces con la cadencia de la emoción... respirar hondo-tragar saliva-decir algo o escuchar algo, y a veces,  la síntesis: una lágrima, otras con el orden de la tarea pautada, o el consejo del espejo que está en el centro o adelante según como te pongas.

Ese fue el espejo que terminó de ayudarme a entender qué era, simplemente me preguntó ¿qué es para vos el encuentro de los sábados? Y ahí está explicado, ¿no?

Gracias por ayudarme a aceptar primero, y a comprender después mi gordura. 

Gracias por contarme cuando no puedo ser yo mismo el que se cuenta. 


Gracias por traerme cuando no puedo llevarme.

Gracias por ser mi colación afectiva que me permite engancharme con el plan.

Gracias por empujarme y alentarme cuando aflojo un poco.

Gracias por ser durante la semana mi grupo de los Sabados portatil con ese delivery implacable y " just in time".

Gracias por ayudarme a realizar la pregunta que me sirve.

Gracias por ayudarme desde el 14 de abril de 2012 a mantenerme dentro de la banda elegida.

Gracias por hacerme entender que todavia necesito ayuda porque la obesidad se controla... no se cura, y que mi mantenimiento por ahora necesita el fuerte soporte semanal del grupo.



Eduardo Giardino



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