Hoy, 14 de noviembre, se celebra una vez más el Día Mundial de la Diabetes, un trastorno metabólico caracterizado por el incremento del nivel de azúcar en sangre, que hasta el momento no tiene cura, y que si no es controlado va dañando progresivamente retina, riñón y corazón, y aumenta el riesgo de amputaciones no traumáticas.
La diabetes se desarrolla por la ausencia o insuficiencia de la producción de insulina, hormona encargada de que el azúcar pase del torrente sanguíneo a los tejidos. En nuestro país, la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo mostró que el 9 por ciento de los adultos la padecen. Es considerada una epidemia debido fundamentalmente a que afecta al 7,4 por ciento de la población mundial. Se calcula que para el año 2025 esa cifra alcanzará el 30 por ciento.
Diagnóstico y tratamiento
La mitad de las personas que padecen diabetes en la Argentina no lo sabe. Si bien hay algunos síntomas o signos de la diabetes que están más difundidos -entre ellos el tener sed en exceso, u orinar con demasiada frecuencia - los cuales por supuesto deben impulsar la consulta al médico, existen otros factores a los que es importante prestarles atención. Por ejemplo, los antecedentes familiares de diabetes tipo 2, la obesidad, el nivel de glucemia superior a 100 mg/dl, los antecedentes de diabetes gestacional y los triglicéridos elevados en sangre.
Cuando están presentes algunos de estos factores, el médico tratante debe indicar la realización de un análisis de glucemiaen sangre, en ayunas, no una sola vez sino en dos oportunidades.
Si la glucemia se encuentra por encima de 126 mg/dl el diagnóstico se confirma, mientras que entre 100 y 126 mg/dl, se dice que el paciente tiene prediabetes, en cuyo caso es vital la intervención inmediata para evitar que la enfermedad progrese.
En caso de que la persona tenga diabetes, hay que explicarle qué tipo de enfermedad presenta, así como también cuáles son sus características principales.
Existen dos tipos de diabetes: la diabetes tipo 1, que puede ocurrir a cualquier edad pero generalmente se manifiesta en la niñez o adolescencia, tiene inicio agudo, progresa rápidamente y requiere de insulina; y la diabetes tipo 2, más conocida como diabetes del adulto o no insulino-dependiente. Ésta es la más común y representa un 80 ó 90 por ciento de los casos de diabetes.
Una vez establecido el cuadro en su totalidad, hay algunas medidas que deben ponerse en marcha sí o sí, más allá de si se utiliza insulina o no. Por ejemplo, es importante indicar un plan alimentario, así como actividad física regular y programada. También hay que programar mediciones de glucemia, presión y colesterol normales, sin olvidarse de la realización de un examen de fondo de ojo una vez al año.
También es necesario realizar análisis de orina al menos una vez al año para evaluar si hay pérdida de proteínas, y cumplir con el control de los pies y del corazón, dado que en las personas con diabetes la posibilidad de sufrir enfermedades coronarias es entre 2 y 4 veces mayor que en aquellas que no padecen la enfermedad.
Es importante resaltar que, una de las estrategias para el manejo de la diabetes, es incluir a los familiares en programas de apoyo para mejorar su conocimiento y actitud sobre la enfermedad y así ayudar al paciente con el seguimiento de su tratamiento.
Una vitamina que funge como coadyuvante en el tratamiento para la diabetes es la vitamina B6, pues disminuye los requerimientos de insulina, aumenta la tolerancia a la glucosa y retrasa el comienzo de complicaciones vasculares y la neuropatía.
Es esencial mantener una dieta adecuada en combinación con actividad física para apoyar en el tratamiento de la diabetes, y así lograr una sinergía positiva para controlar el nivel de glucosa en la sangre.
¿Alguien cercano a ti padece diabetes?
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