Nuestro objetivo es acompañarlos en el descenso de peso, mediante la reeducación en relación con la alimentación, procurando cambios de hábitos, brindando información, herramientas y técnicas para arribar a un peso saludable y mantenerlo en el tiempo.

NEUROPLASTICIDAD




La naturaleza siempre nos recuerda que si la dejamos de lado estamos tomando el camino equivocado. La sabia armonía que rige los comportamientos y la vida de nuestro planeta, sólo se ve amenazada por las elecciones equivocadas de la especie humana. Si nos detenemos unos instantes y observamos a nuestro alrededor, descubriremos miles de situaciones naturales de las que aprender. Y no todo está afuera, nuestro cuerpo es aún un mundo desconocido que espera ser leído y aprendido para mejorar nuestro paso por esta existencia.

Tomemos un ejemplo de nuestro cerebro, esa máquina maravillosa, computadora inabarcable y casi perfecta. La neuroplasticidad es la capacidad natural del cerebro para crear nuevas conexiones y circuitos neuronales a cualquier edad.

Desde la plasticidad neuronal (o neuroplasticidad o plasticidad neural o plasticidad sináptica), el cerebro es un órgano extremadamente dinámico en permanente relación con el ambiente, por un lado, y con los hechos psíquicos o los actos del sujeto, por otro. Por lo tanto, la red neuronal es extremadamente sensible a los cambios y a la contingencia. La interacción de los diferentes acontecimientos que suceden en las distintas zonas de la psiquis, modulan el acontecimiento y las potencialidades de la experiencia, que siempre pueden modificar el estado anterior.


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Todos somos obras en construcción, porque las células cerebrales que nos constituyen, fluyen constantemente. Analizando este concepto, para aplicarlo en nuestra tarea, me parece magnífico poder trabajar siempre dentro de la mismas linea de base (cambio de hábitos, educación terapéutica, etc.) pero con enfoques distintos, adecuándonos a cada situación particular, desarticulando los automatismos, evolucionando para que cada experiencia nueva sea la base del futuro conocimiento que se verá modificado nuevamente por otra experiencia, en un círculo virtuoso que se retroalimenta de modo constante.

Las neuronas tienen infinitas conexiones con otras. Son circuitos. Cuando voluntariamente hacemos algo nuevo, armamos un nuevo circuito.

El ser humano por naturaleza se acostumbra a lo que vive, y los cambios son verdaderos desafíos, a los cuales muchas veces les ponemos resistencias, porque ya estamos acostumbrados a lo que somos, a lo que hacemos y a cómo lo hacemos.


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La adaptación es un proceso sináptico; vivir en piloto automatico es el comienzo del fracaso. Desafiar la manera rutinaria de hacer las cosas, desactivar nuestros propios pilotos automáticos, es la clave para poder desactivar viejos circuitos y generar redes de conexiones, desde nosotros, cambiando nuestras propias mentes, nuestra manera de hacer las cosas, para poder ayudarnos, si no es probable que caigamos en respuestas estereotipadas.

No basta con la información que podamos brindales a nuestros participantes, sino la emoción para movilizar la motivación. Quienes deciden estar mejor, entre otras cosas, vienen por la emoción que le provoca venir, es nuestra responsabilidad cómo creamos el ambiente afectivo y cuál es nuestra respuesta técnica y motivacional para que la persona tenga ganas de hacer cambios en su vida.

Nuestro desafio es enseñar a cambiar, y nuestra obligación como profesionales es la búsqueda constante de nuevas sinapsis, estudiando permanentemente, estando atentos a las necesidades del otro, trabajando sobre nuestas propias fortalezas y debilidades. Nosotros como guías tenemos que ser el incentivo que los movilice más allá de la balanza.


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Una clave importante es la escucha, la escucha nos da el poder terapéutico, nos permite crear respuestas, no buscar respuestas automáticas, dado que al escuchar podemos actuar en función de los que exactamente está pensando y sintiendo la otra persona, en ese momento.

Cada pensamiento produce un neurotrasmisor correspondiente al pensamiento o sensación de nuestro cuerpo.

Las conexiones del cerebro pueden cambiarse al practicar conductas que ayuden a instalar nuevos circuitos, haciendo que los patrones neurológicos funcionen de otro modo. Cuando una persona empieza a modificar sus actitudes, cambian las conexiones neuronales y hasta puede activar conexiones inactivas.

Una pequeñísima porción de tejido nervioso cerebral del tamaño de un grano de arena contiene cerca de 100.000 neuronas. El cerebro entero contiene unos 100.000 MILLONES de neuronas. Las neuronas tienen infinitas conexiones con otras. Son circuitos. Cuando voluntariamente hacemos algo nuevo, armamos un nuevo circuito. 

Cambiar es incómodo, pero posible, salir de un hábito de pensamiento, acción, sensación, sentimiento, percepción o conducta es lo que permite ver el mundo y a uno mismo de manera diferente. Y la buena noticia  es que las conexiones del cerebro pueden cambiarse para siempre al practicar conductas que ayuden a instalar nuevos circuito, haciendo que los patrones neurológicos  funcionen de otro modo.

Esta es la esencia del cambio de hábitos, ensayar respuestas innovadoras que, a fuerza de repetición voluntaria y consciente, después de un tiempo variable pasarán a ser respuestas naturales, nuevas, creativas.

Tomando las sabias palabras de Aristóteles : " Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es una acción sino un hábito".

                                                                                               María Isabel García

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