Si logramos descubrir que cada día podemos hacer pequeñas cosas que nos den placer podremos vivir más felices. No estamos hablando de adquirir objetos sino de poner en práctica nuestras mejores emociones.
Según estudios de las características de algunos longevos saludables, se concluyó que más allá de las características biológicas, el denominador común de todos ellos radicaba en sus conductas y actitudes.
Cada pensamiento genera una emoción y cada emoción moviliza un circuito hormonal que tendrá impacto en las 5 trillones de células que forman un organismo.
Las conductas “S”: serenidad, silencio, sabiduría, sabor, sexo, sueño, sonrisa, promueven secreción de Serotonina...
Las conductas “R”: resentimiento, rabia, rencor, reproche, resistencias, represión, facilitan la secreción de coRtisol, una hormona coRRosiva para las células, que acelera el envejecimiento.
Las conductas “S” generan actitudes “A”: ánimo, amor, aprecio, amistad, acercamiento.
Las conductas “R” por el contrario generan actitudes “D”: depresión, desánimo, desesperación, desolación.
Trabajando sobre nuestras actitudes y emociones, lograremos vivir más tiempo y mejor, porque la “mala sangre” (mucho cortisol y poca serotonina) deterioran la salud, posibilitan la enfermedad y aceleran el envejecimiento.
El buen humor es clave para una vida saludable.
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