Nuestro objetivo es acompañarlos en el descenso de peso, mediante la reeducación en relación con la alimentación, procurando cambios de hábitos, brindando información, herramientas y técnicas para arribar a un peso saludable y mantenerlo en el tiempo.

Testimonio de ROSA


Compartimos el testimonio de Rosa, quién bajo 58 kilos y sostiene su logro hace más de 35 años.
Rosa, es una gran compañera en el grupo al cual pertenece, sigue trabajando con humildad y convicción para sostener su logro.
Sus palabras " Procuré tener siempre presente que el secreto del triunfo es la constancia".
¡Gracias Rosa por tus palabras!


Mi nombre es Rosa, y voy a contar un poco mi historia de obesidad. Después de transitar mi infancia con sobrepeso, y cuando pude empezar a ir a los distintos médicos pastilleros, mi adolescencia transcurrió entre subidas y bajadas de peso. Me casé muy joven, 17 años, y comencé a subir de peso mucho más, y en los embarazos tuve diabetes, cosa que me quedó después de tener 3 hijos.


Concurrí a la Clínica Cormillot en 1981, luego de varios intentos y sus correspondientes fracasos, con un importante sobrepeso. Tardé en bajar, pero lo hice. En una primera etapa, 50 kilos, luego y con ayuda de Isabel Sánchez Sosa, baje 10 kilos más, lo que vengo sosteniendo hace mucho tiempo. Pero para que se entienda, el camino no fue lineal. Tuvo momentos duros, como todos en la vida tenemos, no obstante, pude adaptarme a este estilo de vida, porque  eso lo que yo pienso con respecto al plan, ahora acompañada por María Isabel, digna hija de su madre, y un grupo de pares increíble. Lo fundamental para mí, más allá de la comida, fue poder adquirir distintos hábitos del diario vivir. Soy psicóloga y me interesa mucho el ser humano, por ende, ayudo a mis compañeros y pacientes a entender que nuestro plan trasciende una dieta. Es un conjunto de hábitos que nos ayuda no sólo abajar de peso, sino a vivir más saludablemente. 


Para mí hay palabras muy significativas: la más importante es «Querer», todos los días. Querer estar bien implica pagar un precio. Y otra es «Mirar» al flaco cómo come y cómo vive, y también al obeso, por lo mismo. Les cuento mi experiencia para que noten que se puede y que vale la pena.

Licenciada Rosa Tittarelli

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