Nuestro objetivo es acompañarlos en el descenso de peso, mediante la reeducación en relación con la alimentación, procurando cambios de hábitos, brindando información, herramientas y técnicas para arribar a un peso saludable y mantenerlo en el tiempo.

OBESIDAD: UNA EPIDEMIA QUE AVANZA



En sólo dos años, la cantidad de personas en el mundo que pesan más de lo que se considera saludable creció en 100 millones. Las cifras de la Argentina no escapan a la tendencia: el 23,1% de los adultos y el 6,3% de los chicos son obesos. El promedio mundial, en cambio, es del 12% y el 5%, respectivamente.

Argentina duplica el promedio mundial.
Así lo reveló el Instituto para la Medición y la Evaluación de la Salud (IHME),de Estados Unidos. Incluyó además una alerta: tener sobrepeso (y no sólo obesidad) avanza como causa de muerte.

Los niños y adultos con SOBREPESO conviven con factores de riesgo evitables como cardiopatías, diabetes, una decena de tipos de cáncer(de esófago, colón, recto, hígado, vesícula, vías biliares, páncreas, mama, útero, ovario, riñón, entre otros), trastornos musculoesqueléticos y enfermedad renal.

Argentina encabeza el ranking de obesidad infantil. El Panorama de Seguridad Alimentaria y Nutricional elaborado por la OPS/OMS y la FAO ubica a la Argentina primera en el ranking regional de obesidad. Según ese informe, el 9,9% de los niños menores de cinco años padecen el problema.

Aunque hasta hace algunos años el sobrepeso y la obesidad eran percibidos como un problema de los países desarrollados, en la actualidad la epidemia se extiende a una velocidad de vértigo a los países de bajos y medianos ingresos. Según la Federación Interamericana del Corazón, se estima que en América latina la prevalencia de sobrepeso y obesidad en chicos menores de 5 años es de más del 7%; en escolares hasta los 11, de entre el 18,9 y el 36,9%, y en adolescentes de 12 a 19 años es del 16,6 al 36,8%. Es decir, del total de niños y adolescentes de América latina entre el 20 y el 25% de la población tiene sobrepeso y obesidad.

La epidemia de obesidad, responde a una multiplicidad de factores, tiene que ver con la alimentación, pero también con el sedentarismo. Uno lo ve más claro en los chicos, que antes tenían mucha más vida activa. Ahora, con el avance de los smartphones, Netflix, las tablets, ves a chicos de 2 años que todavía no saben hablar y están conectados. La obesidad no se puede atribuir sólo al exceso de energía y a la genética, hay múltiples factores, sedentarismo, hábitos no saludables, una cultura del delivery muy arraigada, un cambio en el patrón de juego, influye mucho la publicidad, entre otros factores.

Es importante predicar con el ejemplo.

La clave es CAMBIAR HÁBITOS, hacer dieta no significa renunciar al placer que le brinda una comida que le gusta. Aunque usted no lo crea, puede disfrutar de los alimentos.

Por un lado es necesario que se implementen politicas de Estado, no alcanza con información sino se necesitan acciones concretas, la mayor parte de la problemática sanitaria no depende de no saber qué hacer, sino de no poder hacer lo que se sabe.

Por otro lado necesitamos APRENDER una nueva manera de comer (que incluye información, compra, prepaciones ricas y saludables) para lograr mantenerse en un peso adecuado que contribuya a mejorar su salud y bienestar general.




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