Con el fin de visibilizar una problemática signada por los mitos, el silencio, el desconocimiento y el miedo, por primera vez en Argentina se lanza desde el ámbito público una campaña de comunicación que, bajo el lema "Hablemos de Cáncer", invita a reflexionar, intercambiar, compartir y conocer más sobre una enfermedad que puede prevenirse, diagnosticarse, tratarse y muchas veces curarse.
Se trata de una iniciativa que el Ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Juan Manzur, presenta en el marco del Día Mundial contra el Cáncer, que se conmemora cada 4 de febrero, y tiene como principales canales de difusión la página web www.msal.gov.ar/hablemosdecancer y las redes sociales. La campaña fue desarrollada por la Secretaría de Comunicación Pública de la Presidencia de la Nación, la Coordinación de Información Pública y Comunicación de la cartera sanitaria nacional y el Instituto Nacional del Cáncer (INC).
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Prevención: recomendaciones para la población en general:
• Aumentar el consumo de frutas y verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos. Reducir el consumo de grasas de origen animal (fiambres, embutidos, manteca, leche entera) y de ácidos grasos trans (productos de pastelería, snacks y golosinas).
• Realizar actividad física todos los días, por lo menos 30 minutos.
• Evitar el consumo excesivo de alcohol.
• Evitar el tabaco y promover los ambientes 100% libres de humo.
• Evitar la exposición al sol entre las 10 y las 16, utilizar protectores solares y ropa que proteja la piel (de color claro y liviana). Estas medidas deben extremarse en los grupos más vulnerables: niños menores de 3 años y personas de piel blanca, cabello y ojos claros.
Mujeres:
• Niñas de 11 años: para prevenir el cáncer de cuello de útero deben aplicarse la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), que a partir de su incorporación al Calendario Nacional de Vacunación en el año 2011 está disponible en forma gratuita en todos los centros de salud y hospitales públicos de Argentina.
• Mujeres a partir de los 25 años: para prevenir el cáncer de cuello de útero, se recomienda la realización de un PAP cada tres años luego de que dos exámenes anuales anteriores hayan tenido un resultado negativo.
• Mujeres de 50 a 70 años: para detectar tempranamente el cáncer de mama se recomienda la realización de una mamografía cada dos años y un examen de mamas realizado por un profesional de la salud.
• Mujeres de 50 años en adelante: para prevenir el cáncer colorrectal, se recomienda la realización de una prueba de sangre oculta en materia fecal.
Varones:
• Varones de 65 años y más: para prevenir el cáncer de próstata, se recomienda realizar un examen con un profesional de la salud.
• Varones de 50 años en adelante: para prevenir el cáncer colorrectal, se recomienda la realización de una prueba de sangre oculta en materia fecal.
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Factores de riesgo:
Un gran porcentaje de las enfermedades no transmisibles son prevenibles y comparten los mismos factores de riesgo. Se estima que los 5 principales riesgos para la salud están relacionados con el comportamiento y la alimentación: índice alto de masa corporal, bajo consumo de frutas y hortalizas, inactividad física, consumo de tabaco e ingesta excesiva de alcohol.
Estos factores causan el 30% de las muertes por cáncer. Aunque la edad es un factor de riesgo relevante, el consumo de tabaco es el más importante: causa el 22% de las muertes mundiales por cáncer en general y el 71% de los fallecimientos por cáncer de pulmón. Los cánceres causados por infecciones víricas, como los virus de las Hepatitis B y C o por el Virus Papiloma Humano (VPH), son responsables de hasta un 20% de las muertes por cáncer en los países de ingresos bajos y medios.
La detección temprana es una herramienta indispensable a la hora de prevenir muertes por cáncer, ya que en las fases iniciales de la enfermedad existe un alto potencial de curación (por ejemplo en cáncer de cuello de útero o de mama). Existen intervenciones que permiten la detección temprana y el tratamiento eficaz de un tercio de los casos aproximadamente.
Los principales factores de riesgo tienen un gran impacto sobre la carga de cáncer global:
El tabaco, a través de sus diversas formas de exposición, constituye la principal causa de muerte relacionada con el cáncer en todo el mundo entre los hombres y cada vez más entre las mujeres. Las formas de exposición incluyen tabaquismo activo, respirar humo de segunda mano (tabaquismo pasivo o involuntario) y tabaco sin humo (como mascar tabaco). El tabaco provoca diversas formas de cáncer: de pulmón, esófago, laringe, oral, vejiga, riñón, estómago, cuello de útero y colorrectal.
El sobrepeso y la obesidad están asociados causalmente a varios tipos de cáncer, como de esófago, colorrectal, mama en mujeres postmenopáusicas, endometrio y riñón. El sobrepeso y la obesidad por sí solos son la causa del 40% de los casos de cáncer endometrial (útero).
La inactividad física contribuye de forma importante al aumento de las tasas de sobrepeso y obesidad en muchas partes del mundo y de forma individual aumenta el riesgo de algunos cánceres. En conjunto, un mayor índice de masa corporal y la inactividad física son responsables del 19% de la mortalidad por cáncer de mama y del 26% de la mortalidad por cáncer colorrectal.
El consumo de alcohol es un factor de riesgo de muchos tipos de cáncer, incluido el de la cavidad bucal, faringe, laringe, esófago, hígado, colorrectal y mama. El riesgo de cáncer aumenta con la cantidad de alcohol que se consume. El riesgo para varios tipos de cáncer (por ejemplo, de cavidad oral, faringe, laringe y esófago) derivado de un alto consumo de alcohol aumenta sustancialmente si la persona también fuma en gran cantidad.
La infección con el virus de la Hepatitis B provoca alrededor del 52% de los carcinomas hepatocelulares del mundo. Otro 20% de cánceres hepatocelulares lo provoca la infección del virus de la Hepatitis C.
El Virus del Papiloma Humano (VPH) es la infección viral del tracto reproductivo por transmisión sexual más común del mundo e infecta a 660 millones de personas aproximadamente cada año. También se calcula que provoca casi todos los cánceres de cuello de útero, el 90% de los de ano y el 40% de los cánceres de genitales externos. El VPH también provoca cáncer de la cavidad oral y orofaríngeo. Las mujeres pueden evitar el desarrollo de un cáncer de cuello de útero con la realización del Papanicolaou (PAP). Este examen permite detectar células anormales o lesiones en el cuello del útero y reducir casi completamente la incidencia y mortalidad. El PAP es gratuito y se realiza en todos los hospitales y centros de salud. Se recomienda a las mujeres realizarlo a partir de los 25 años de edad.
Las personas con infección por VIH tienen un riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer considerablemente más alto que las personas del mismo grupo etario sin dicha infección. El VIH debilita el sistema inmunitario y reduce la habilidad del cuerpo para destruir las células cancerosas y para combatir infecciones que pueden resultar en cáncer.
La exposición al sol excesiva o a fuentes artificiales de radiación ultravioleta, como las camas solares, aumentan el riesgo de padecer diferentes tipos de cáncer de piel.
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De qué hablamos cuando hablamos de cáncer:
Se trata de un grupo de enfermedades que pueden afectar a cualquier parte del cuerpo, comienza con la modificación de una sola célula, generada de manera espontánea –sin causa– por un agente externo o por factores genéticos hereditarios, y se manifiesta a través del desarrollo de un tumor. Los tumores o neoplasias se generan cuando el crecimiento de las células se sale de control, pero no todo tumor es canceroso.
Los tumores se diferencian en benignos, que no son cancerosos –ya que las células que los forman no se expanden a otras partes del cuerpo, lo que permite extirparlos y, en la mayoría de los casos, no vuelven a generarse–, y los malignos o cancerosos, donde las células que los forman se comportan de manera anormal, se dividen sin control u orden, pudiendo invadir y destruir el tejido que se encuentra a su alrededor y/o ingresar al torrente sanguíneo o al sistema linfático. Muchas veces es posible detectarlos de forma temprana y tratarlos.
En cuanto a los factores de riesgo, hay algunos que pueden favorecer el desarrollo de esta patología. Por un lado están los relacionados con hábitos y estilos de vida, como una dieta rica en grasas, la inactividad física, el consumo excesivo de alcohol y el consumo de tabaco, entre otros. Asimismo, existen factores genéticos: algunas personas poseen una mayor predisposición genética para desarrollar tumores, dada su historia familiar y/o personal. Sin embargo, esto no supone que las personas que tuvieron o tienen familiares con cáncer vayan a desarrollarlo. El factor hereditario incide en un pequeño porcentaje (entre el 5 y el 10%) del total de los casos de cáncer.
También puede haber factores infecciosos. En este sentido, existe evidencia científica de que algunas infecciones persistentes provocadas por algunos virus promueven el desarrollo del cáncer, ya que su presencia puede generar alteraciones en el núcleo de las células normales. Los virus más comunes que pueden favorecer el desarrollo de tumores son el Virus del Papiloma Humano (VPH) y el Virus de la Hepatitis B (VHB). Sin embargo, si bien la infección por estos virus es condición necesaria, no es suficiente para desarrollar cáncer.
Fuente:
Presidencia de la Nación
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