Nuestro objetivo es acompañarlos en el descenso de peso, mediante la reeducación en relación con la alimentación, procurando cambios de hábitos, brindando información, herramientas y técnicas para arribar a un peso saludable y mantenerlo en el tiempo.
POSTRE DE FRUTILLAS
Te sugerimos un postre fresco, nutritivo, tentador y fácil de hacer...
Lo podés consumir tanto como postre como colación, ya que aporta 100 Calorías por porción.
INGREDIENTES:
Postre: 8 porciones
400 g de queso blanco descremado
1 sobre de gelatina sin sabor
1 cda. de edulcorante
1 cdita. de esencia de vainilla
3 claras
2 cdas. de almendras tostadas
Jugo de 1 naranja exprimida
500 g de frutillas
PREPARACION :
Lavar las frutillas con los cabitos, luego retirarlos y colocarlas en una fuente honda de vidrio con el jugo de la naranja.
Aparte, mezclar el queso blanco con el edulcorante y la esencia de vainilla. Disolver la gelatina en ¼ de vaso de agua fría y llevarla a calentar a baño María hasta que comience a ebullir.
Batir las claras en un recipiente de acero inoxidable y cuando tomen punto nieve agregar la gelatina en forma de hilo como si fuera almíbar, mientras sigue batiendo con batidor eléctrico.
Verter las claras sobre el queso y mezclar en forma envolvente. Volcar la preparación sobre las frutillas y llevar a la heladera.
Antes de servir, salpicar con almendras y decorar con frutillas.
INFORMACION NUTRICIONAL:
Aportes nutricionales: hidratos de carbono, fibra, grasas, proteínas, vitaminas A, C, D, E y del complejo B, calcio, potasio, fósforo, magnesio y selenio.
Tiempo de elaboración: 20 minutos.
HAY QUE COMER SIN SAL
Los argentinos consumimos un promedio de 11 gramos de sal por día per cápita, según el Ministerio de Salud de la Nación, cuando lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud son 5 gramos.
Sólo el 15% de este valor proviene de la sal agregada en la mesa o al cocinar, y menos del 12%, del contenido de los alimentos naturales, como frutas, verduras, legumbres y carnes. Entonces, el altísimo consumo de sal de nuestra población deriva de los alimentos industrializados (enlatados, congelados, envasados en general): se trata de la sal que se incorpora durante el mismo proceso de elaboración, sobre la cual los consumidores no tienen participación ni conocimiento.
Esto sucede porque la sal se usa en una gran cantidad de productos como saborizante y conservante, incluso en alimentos que pueden no tener sabor salado, por ejemplo: panes, lácteos, bebidas, galletitas y conservas.
Si bien la mayoría de los consumidores está al tanto del daño para la salud que provoca el excesivo consumo de sal, la mayoría desconoce la enorme cantidad de este elemento que tienen los alimentos procesados. Además, los consumidores consideran que las etiquetas que proveen la información nutricional son poco claras.
La sal es necesaria para la vida pero en mínimas cantidades. Su consumo excesivo es una de las principales causas de hipertensión que, a la vez, representa el mayor factor de muerte en la Argentina. En nuestro país, la hipertensión afecta a una de cada tres personas y se presenta con casi el doble de frecuencia en los grupos con ingresos económicos más bajos. El daño debido a un alto consumo de sal no está limitado solamente a las personas hipertensas. Consumir demasiada sal, en cualquier persona y a toda edad, puede provocar enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y renales, además de osteoporosis, diabetes y cáncer de estómago. Reducir el consumo de sal es una de las medidas más eficaces para evitar muertes y enfermedades.
Si bien colocar menor cantidad de sal durante la cocción o en la comida es un hábito recomendable, no llega a ser suficiente. Para bajar el consumo de manera considerable es necesario contar con medidas de salud pública que intervengan sobre el proceso de industrialización. El rol del Estado es fundamental para regular el contenido de sal en alimentos procesados, restringir la publicidad de alimentos no saludables y optimizar las etiquetas de los productos para informar adecuadamente a los consumidores.
En nuestro país se aprobó recientemente una ley nacional que regula el consumo de sal, fija valores máximos para el contenido de sal en ciertos grupos de alimentos y promueve campañas de concientización sobre la ingesta de sal, entre otras medidas. Se trata de un avance muy importante y son muy pocos los países del mundo que cuentan con regulación en el tema. Es un buen comienzo, pero solo su adecuada implementación garantizará la efectiva protección de la salud. Lograr que el consumo de sal diario baje tres gramos, puede prevenir cerca de 6.000 muertes por enfermedad cardiovascular y ataques cerebrales cada año.
El acceso a una alimentación saludable es un derecho y debe ser un tema prioritario en la agenda de salud, porque contribuye a reducir la mortalidad y la discapacidad, a mejorar la calidad de vida y a reducir la desigualdad.
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COLESTEROL
¿Qué es el colesterol? Es una sustancia grasa que participa en el funcionamiento de todas las células del organismo.
Sirve como base para la formación de ácidos biliares y hormonas y es un ingrediente esencial de las menbranas celulares.
El hígado genera el 80% del colesterol total y el otro 20% proviene de la dieta. El colesterol interviene en procesos metabólicos, hormonales, digestivos y nerviosos.
Para ser transportado hacia los tejidos orgánicos debe combinarse con proteínas, con las que forma las lipoproteínas.
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Hoy dos tipos principales de lipoproteínas: de baja densidad (LDL) y de alta densidad (HDL).
LIPOPROTEINAS DE BAJA DENSIDAD (LDL):conocidas como "colesterol malo" toman el colesterol del hígado y lo llevan al sistema circulatorio. Parte del mismo se deposita en las paredes arteriales y produce su engrosamiento, aumentando el riesgo de sufrir problemas cardíacos.
LIPOPROTEINAS DE ALTA DENSIDAD (HDL) : llamadas comunmente "colesterol bueno", son trasladadas desde las células hacia el hígado, allí pasan a formar parte de los ácidos biliares y son eliminados junto con la bilis hacia el intestino.
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ALIMENTOS QUE PUEDEN AUMENTAR EL COLESTEROL:
Yema de huevo (mayonesa y otros aderezos).
Vísceras( hígado, seso, lengua, riñón).
Carnes rojas, en especial las que tiene alto contenido graso (asado, falda, costillas).
Piel de pollo.
Salchichas, embutidos, fiambres.
Lácteos enteros.
Galletitas dulces, facturas, tortas.
Chocolate.
Marisco (langostinos, camarones).
ALIMENTOS LIBRES DE COLESTEROL:
☼ Hortaliza, especialmente las cruciferas (repollo,bròcoli, repollitos de Bruselas, coliflor, nabo, nabiza).
☼ Frutas.
☼ Cereales integrales y sus derivados.
☼ Legumbre (lentejas, porotos, garbanzos, arvejas).
☼ Aceites vegetales crudos.
☼ Germen de trigo.
☼ Levadura de cerveza.
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La recomendación internacional que da la Organización Mundial de la Salud, es no superar los 300 mg diarios de colesterol en la dieta.
Controlar la ingesta de grasas saturadas es fundamental para no desarrollar una hipercolesterolemia.
Nivel normal de Colesterol Total
Normal: menos de 200 mg/dl
Alto: por encima de 240 mg/dl
Nota: Se considera hipercolesterolemia a los niveles de colesterol total superiores a 200 mg/dl.
Colesterol LDL (Colesterol malo)
Normal: menos de 100 mg/dl
Normal-alto: de 100 a 160 mg/dl
Alto: por encima de 160 mg/dl
Nota: Esta recomendación no significa que la cifra normal de LDL deba rondar los 100 mg/dl. En algunos casos, el nivel deseable de LDL puede ser incluso menor de 70 mg/dl.
Colesterol HDL (Colesterol Bueno)
Normal: superior a 40 mg/dl en el hombre y 50 mg/dl en la mujer.
¿Cúanto hace que no te hace un chequeo?
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