Las vacaciones son un período tan agradable como desafiante para quienes están cuidando su peso. El tiempo libre permite el descanso, relaja y es saludable, pero a algunas personas las predispone a transgredir los límites que se han puesto con la comida durante todo el año. Por eso, un buen desafío es proponerse simplemente mantener el peso actual. Con eso podemos darnos por satisfechos y retomar la intensidad después del verano.
Tengamos en cuanta no saltearnos ninguna comida, sigamos haciendo la frecuencia:
Comer a intervalos regulares sin saltear ninguna comida no sólo provee la energía necesaria para disfrutar de las vacaciones, sino que además favorece el control de la porción de la siguiente comida. La frecuencia de comidas debe ser cada una hora y media como mínimo y tres horas como máximo. El fraccionamiento ayuda a mantener activo el metabolismo, lo cual favorece el descenso de peso.
Recordemos que el desayuno es una de las comidas más importantes del verano. Ayuda a no tentarse con comidas rápidas o golosinas en las horas de playa. Conviene empezar el día con frutas, yogures light y cereales sin azúcar, tostadas con mermelada diet y queso blanco. Siempre acompañado de liquidos fríos y calientes.
Elijamos bien los hidratos de carbono:
Son la principal fuente de energía en una alimentación equilibrada. Sin embargo, no todos son iguales y de su elección dependerá que se favorezca o no el depósito de grasa en su organismo.
► Hidratos de carbono de absorción lenta: Como tienen mayor contenido en fibra, aportan más saciedad. Se hallan en frutas (frescas, secas, deshidratadas y enlatadas), cereales y derivados (en sus versiones integrales), y legumbres. Son los más convenientes.
► Hidratos de carbono de absorción rápida: Tienen menor contenido en fibra, producen un incremento rápido de la glucemia y la insulina, y así generan menor saciedad que los de absorción lenta. Están en azúcares, miel, mermeladas, dulces compactos, gaseosas comunes, jugos, papa, batata, golosinas, chocolates. Resultan menos convenientes.
Estar en movimiento:
Caminar, bailar, andar en bicicleta, correr, participar de clases de gimnasia o deportes al aire libre, nadar pueden ser alternativas que nos permitan complementar nuestro cuidado en las comidas. No sólo nos servirá para aumentar la energía y sensación de bienestar, sino que estará favoreciendo una mayor actividad metabólica que nos ayudará a quemar grasas.
Si vamos a hotel...
Si vacacionamos en un hotel con "todo incluido”, la comida disponible será uno de los puntos atractivos y riesgosos. Comida disponible a toda hora, ¡nefasto para mantenerse a raya!. En ese caso, evitemos problemas: contratemos una habitación lejos del comedor, usemos siempre la escalera en vez del ascensor, comamos siempre ensaladas antes del plato principal. Y pensemos que no porque está incluido en el precio, hay que comerlo todo. Disfrutemos la comida, pero también aprovechemos las actividades que tal vez se nos ofrezcan, clases de gimnasia diarias, gimnasio, pileta, salas de masaje, sauna.
Llevar balanza:
Pésarse antes de iniciar las vacaciones y continuar haciéndolo con cierta regularidad: puede ser una vez por semana o todos los días a la misma hora, siempre en la misma balanza y con la misma ropa, puede ser un gran aliado en vacaciones.
Comer, rico y variado:
Se puede hacer una alimentación placentera, además de saludable. La combinación de frutas y hortalizas de distintos colores, alimentos con proteínas (huevo, lácteos descremados, legumbres, pescado, carne magra, pollo sin piel, soja, nueces) y cereales integrales nos permitirá encontrar y redescubrir una variedad de sabores.
Mucha agua:
Llevar con nosotros durante todo el día botellitas de agua o gaseosas light, que nos ayudarán a sentir mayor saciedad.
Cuidado con las comidas en restaurante:
Saber elegir cuando comemos afuera también es importante. Observar con detenimiento el menú, encontraremos posibilidades que se adecuan a nuestro objetivo, como carnes a la parrilla, pastas con la salsa fileto, ensaladas de hortalizas variadas (pídamoslas sin aderezar), algún helado light o ensalada de fruta.
Recordemos:
☼ degustar un caramelo ácido unos 15 minutos antes de las comidas principales.
☼ comer una entrada como un tomate cortado al medio o una ensalada verde con aderezo light.
☼ mastiquar bien los alimentos.
☼ comer en forma lenta.
☼ tengamos en cuenta que las preparaciones que requieren usar cubiertos ayudan a mejorar el objetivo.
☼ porciones más pequeñas en platos tamaño postre.
☼ bebamos algún líquido frío antes de comer (agua, jugos light, por ejemplo).
Podemos pasar unas hermosas vacaciones, disfrutar, darnos gustos moderadamente y cuidar nuestro peso y nuestra salud.
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